Conversando en Familia
- MARIANA CROTTI
- 2 dic
- 3 Min. de lectura
7 pasos para una comunicación asertiva y amorosa
El diálogo familiar
Tradicionalmente, en muchas familias la cena solía ser el único momento del día donde todos se encontraban en un mismo espacio. Sin embargo, hoy no todos cenamos y si lo hacemos es habitual que ese tiempo se diluya entre silencios incómodos, pantallas o conversaciones superficiales.
Si bien la cena o el “almuerzo de domingo” pueden convertirse en una oportunidad de conexión, escucha y construcción de vínculos saludables….les propongo que como ideal de proyecto de familia del Siglo XXI empecemos a forjar recuerdos que tengan que ver con experiencias fuera de una mesa con comida. Por Favorrrrr!!!!!! Ya mas adelante vamos a ahondar en este tema, se los prometo.
En este post te regalo algunas reflexiones acerca de como generar momentos de encuentro genuino.

🌿 1. Observar el momento presente
Antes de instalar hábitos nuevos, es fundamental que puedas tomar conciencia de cómo son hoy tus conversaciones familiares:
¿Cómo se sienten cuando estan juntos?
¿Existe espacio para conversar o predomina el cansancio?
¿Qué conversaciones aparecen? ¿Qué conversaciones faltan?
¿Qué los desconecta (apuros, pantllas, tensiones del día)?
Te invita a mirar sin juicio, solo observa lo que es.
🔍 2. Definir la intención: ¿para qué queremos conversar?
No se trata solo de “hablar más”, sino de descubrir el propósito que la familia le quiere dar a ese espacio:
¿Buscar conexión emocional?
¿Escuchar cómo estuvo el día de cada uno?
¿Crear un clima agradable después de una jornada intensa?
¿Favorecer la confianza para hablar de temas importantes
Cuando hay un “para qué”, hay dirección.
🤝 3. Crear acuerdos claros y posibles
Los acuerdos son claves para que este espacio que queremos crear funcione como un ritual de conexión.
Algunos ejemplos:
Sin pantallas.
Se respeta el turno de hablar.
Nadie ridiculiza ni minimiza lo que otro comparte.
Todos participan, aunque sea con una frase
Los acuerdos se co-crean, no se imponen. Ese detalle cambia todo.
🎲 4. Incorporar dinámicas que abran la conversación
La pregunta del día
Cada encuentro alguien propone una pregunta que invite a reflexionar o compartir algo personal. Ejemplos:
¿Qué te sorprendió hoy? ¿Qué aprendiste?
¿Qué te hizo reír?
Dado de conversaciones
Un dado con temas: logros, desafíos, algo gracioso, un recuerdo, un deseo, un agradecimiento. Se tira una vez por encuentro.
Minuto de gratitud
Cada integrante comparte algo que agradece del día. Genera conexión emocional inmediata.
Estas dinámicas alivianan, ordenan y dan estructura sin rigidez.
🗣 5. Trabajar habilidades de comunicación
Para que el diálogo fluya, la familia puede entrenar:
Escucha activa: atención plena, contacto visual, interés genuino.
Validación emocional: “Entiendo que para vos esto fue importante”.
Curiosidad en lugar de juicio: más preguntas, menos interpretaciones.
Hablar desde uno mismo: “Yo siento…”, “A mí me pasó…”.
Pequeños cambios comunicacionales producen grandes transformaciones en el clima del hogar.
🌟 6. Celebrar lo que sí funciona
Te propongo reconocer avances, por pequeños que sean:
¿Qué conversaciones se sintieron más livianas esta semana?
¿Qué momento generó conexión?
¿Qué mejora notaron?
Celebrar consolida el hábito y motiva a seguir.
🔄 7. Ajustar sin culpa ni perfeccionismo
Si un acuerdo no funciona o la dinámica no entusiasma, simplemente se ajusta. Cada familia tiene su propio ritmo y su forma de conversar. El objetivo no es la perfección, sino crear un espacio real, humano y posible.

💬 En resumen
Te sugiero soltar el “cómo debe ser”, y que disfrutes del proceso para que construyan su propia manera de encontrarse. El momento de encuentro familiar puede ser un refugio, una pausa, un momento de cuidado mutuo. Solo hace falta intención, acuerdos y un poco de creatividad.

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